martes, 7 de agosto de 2012

Innovación: no es lo mismo la idea que el dispositivo que le materializa


John F. Mitchell, Vicepresidente de Motorola con un prototipo de móvil en 1973
Teléfono portátil para viajeros en la estación de tren de Nápoles el año 1935


Solemos escribir y hablar mucho de innovación y asociamos a una innovación una idea o un artefacto que surgió en un momento de la historia. Con el tiempo, esta innovación da lugar a un término o concepto que adquiere vida propia. Pero hurgando en la historia se aprecia que el concepto al remitirlo al pasado permite constatar que podría haber una innovación anterior.

Por ejemplo, el teléfono móvil. Sin saber mucho de historia, la siguiente fotografía muestra a  John F. Mitchell, Vicepresidente de Motorola con un prototipo de móvil en 1973, pero mientras claramente asociamos el concepto a este dispositivo, la idea de móvil se amplia y así, es posible decir que había antes un primer Primer Teléfono Móvil en 1935

Se puede, presumo, decir mucho más de estos casos y seguro los habrá, pero lo importante es que siempre la innovación va ligada a dispositivos, y el concepto que se asocia adquirirá vida propia y enriquecerá el desarrollo tecnológico permitiendo ver nuevas posibilidades y opciones, más allá de los dispositivos en sí mismos.

Por tanto, como tésis se puede decir que la innovación más allá de aportar mejoras a la sociedad aportando diversos dispositivos, léase, artefactos, sistemas, procesos, etc. la innovación aporta conceptos, palabras nuevas o combinadas, que enriquecen el lenguaje, las discusiones y las interacciones, lo cual ya es un aporte social, científico y tecnológico.

O sea, siempre en una innovación hay más innovaciones asociadas o que pueden surgir ya no como parte de mejoras, por ejemplo, innovaciones incrementales tecnológicas, sino como innovaciones incrementales en el discurso de las personas al tener más ideas, conceptos y palabras.



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