jueves, 20 de febrero de 2014

El rol del #odio en la #gestión de #proyectos ... un tema tan común que pocos lo ven


Los proyectos son cúmulos de interacciones humanas, y por lo mismo, muy humanas. Nada especial, sino que simplemente es un espacio donde la naturaleza humana está en acción ... como en muchas partes y sucesos cotidianos. Y por lo mismo es un tema a tratar. En otros post he abordado el tema del amor en el trabajo en equipo, y por lo mismo y por extensión, una componente olvidada en los proyectos. Pero aquí presento el odio como una componente presente pero invisible. No quiero decir que el odio guíe el accionar de un proyecto, más bien quiero abordar esta cuestión pues conocer su presencia y permanencia ayuda a una gestión más efectiva de los proyectos.

En La Naturaleza del Odio, Robert y Karin Sternberg, presentan un estudio teórico sobre el odio como un fenómeno presente en el mundo real. En su texto, lo más relevante es que el odio tiene tres componentes: (i) la negación de la intimidad, (ii) la pasión, y (iii) el compromiso. Los autores no pretenden presentar dependencias estadísticas, sino decir que es posible en el odio separar estas tres componentes.

A continuación boceto estas tres componentes y su efecto en el estudio de los proyectos y en la proposición de acciones de gestión.

  • (i) Negación de intimidad implica buscar distancia emocional o desvinculación. En un proyecto hay personas que no son gratas a unos y otros, ya sea por sus características, de sus acciones o de la propaganda que se haga de él o ella. En un proyecto suelen armarse coaliciones o asociaciones por diferentes motivos, lo cual genera adoctrinamientos para aceptar/rechazar a otras personas que suelen ser excluidas o aisladas. Un gestor debe siempre promover construir relaciones estables, maduras y serias entre todos los miembros de un proyecto, si bien sabemos que estas relaciones no serán del tipo personal o afectiva, al menos deben ser positivas en el sentido de que son relaciones cuyo fin es el beneficio de todos/todas en la consecución de un mismo fin compartido. 
  • (ii) Pasión en el odio que se expresa como furia o miedo como reacción a una amenaza. La furia permite aproximarse al objeto odiado, y el miedo lleva a evitarlo. En un proyecto hay personas que atraen a otras formando alianzas o generando rabia, o producen miedo, y nadie quiere acercárseles. A veces son especialistas o jefes, pero a veces son clientes. En un proyecto es importante construir personalidades proclives a que el equipo del proyecto se unifique en base a personalidades atractivas, líderes, y si no se puede, en base objetivos altos que inhiban los conflictos, ya sean: o porque en las reuniones algunas personas discuten siempre entre sí (rabia) o reuniones donde nadie dice nada para no molestar (miedo). Un gestor debe estar atento a estas situaciones para dar un espacio de confianza donde debatir constructivamente y donde participar proactivamente. 
  • (iii) Decisión/compromiso en el odio que se caracteriza por actos cognitivos de devaluación y disminución por medio del desprecio hacia alguien.En un proyecto, por las "cosas de las personas", se podrá dar que alguien, por muchos motivos, muchos ajenos al proyecto, que le hace propicia a despreciar a otros. A veces esos otros dan motivos para ser despreciados, pero en un proyecto esto no puede ocurrir, pero ocurre. Cuidado, muchas veces estas actitudes odio vienen por temas educativos: por diferencias socioeconómicas, por lavado de cerebro, por "color de piel", por "formas de hablar", por tópicos sociales, etc. Un gestor ante este tipo de comportamientos poco puede hacer, pues son asuntos muy íntimos de cada personas, pero cuando se enfrenta debe apoyar la integración.


Es claro para un proyecto que el tema del odio está muy presente. Quizás no nos damos cuenta pues el proyecto consume mucho tiempo en intentar conseguir los objetivos, y por lo mismo no vemos que comportamientos proclives al odio generan más atrasos en un proyecto que la falta de recursos. A veces todo esto lo encerramos como procesos de diferencias de opinión, pero si veo el proyecto como un espacio de empatía entre quien pide (cliente, sociedad) y quien cede (proyectistas, proveedores, diseñadores), resulta ser más relevante pues el odio genera problemas para construir este espacio de empatía.

Por lo anterior, es claro que un gestor de proyecto debe dominar más de lo evidente el "arte del manejo de gentes".

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Libro reseñado:
Sternberg, Robert; y , Sternberg, Karin. (2010). La naturaleza del odio. PAIDOS. 311 pp.

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