miércoles, 3 de noviembre de 2010

Comete errores, arriésgate y asume que tendrás productos malos ... si no, no innovarás ... -#innovación #liderazgo #personas #emprendimiento

En el mundo de la innovación estas 3 ideas se repiten bastante, la verdad que más las dos primeras que la tercera (sobre el primero en concreto en este post "El arte de fallar y su presencia en el ADN del aprendizaje organizacional", Octubre 12 del 2010, se habla del arte de fallar o de cometer errores). Pero revisando la literatura vemos que se habla de ellos pensando en que todos ayudan a liberar la mente y ser más innovadores, pero, ¿será esto así de claro? Sería absurdo pensar que estas 3 ideas sean desconocidas por cientos de directivos que cada día y desde los orígenes de la humanidad no han tenido esto claro. Veamos porque es posible decir que ahora son un elemento de la innovación.

  • Cometer errores no tiene nada de malo si se busca la mejora y la excelencia, en un proceso de reflexión y aprendizaje continuo. La innovación se ve enriquecida porque se rompen procesos preconcebidos. Una persona se siente capaz de observar consecuencias no esperadas, no necesariamente errores, de sus actos y desde allí producir cambios. Esto permite aumentar la autoestima pues permite superar errores, no quedarse en un hoyo organizacional donde los errores ahogan y generan solamente un abismo de emociones negativas y aversión a experimentar. Pero, esto debe darse, sin caer en el infinito de ensayos-y-error sin conseguir resultados como patentes o licencias.

  • Arriesgarse no tiene nada de malo si comporta descubrir nuevos escenarios, analizar caminos que deben repetirse y otros que no deben repetirse y, por supuesto, ser capaz de dar un salto. La innovación se ve beneficiada porque las líneas rectas y las curvas del proceso de innovación se superan pues las personas no ven lineas rectas ni curvas, sino opciones y esto es mucho más natural. O incluso, en pensar en cosas que no se conocen y hay que inventarlas sin tener ninguna referencia previa. No tener miedo a dar un salto, pero sin arriesgar ni comprometer la propia supervivencia del equipo sería lo que debemos añadir.

  • Tener productos malos claramente no es lo ideal, pero los consumidores son quienes lo dirán, no los técnicos ni las certificaciones. La innovación se ve beneficiada pues no se cae en el conformismo de haber conseguido algo excelente. A lo mejor lo es, pero hay que mejorar. Pero igualmente puede que no lo sea, pero sea una solución concreta a un determinado problema y eso es suficiente. Por supuesto, esto no quiere decir que deban producirse productos malos, sino perfectibles y que los consumidores siempre estarán insatisfechos y no se debe "dormir en laureles".

Un gestor de la innovación, debe saber que estos componentes existen y debe ser quien debe coordinarlos y motivar que existan como procesos definidos dentro de la propia incertidumbre intrínseca que suponen.

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