martes, 25 de junio de 2013

El delicado asunto de la elección tecnológica en la #innovación

Fuente: http://blog.tmcnet.com/blog/rich-tehrani/uploads/i-voted.jpg
Edgerton (2007) señala que un elemento esencial en el paso de una tecnología a la siguiente es la elección tecnológica.

La elección tecnológica distingue cuando una tecnología reemplaza a otra. Pero la idea de reemplazo es donde pueden suscitarse algunas suspicacias o dudas de si la tecnología nueva es efectivamente mejor que la anterior.

La elección tecnológica se basa en la creencia de que una tecnología supera o es mejor que otra. Pero esta creencia se basa muchas veces, con suerte, en la poca información que se maneja de la nueva, y en el peor de los casos, en rumores y creencias populares. Se ha observado habitualmente que las tecnologías superadas por otras no han dejado de existir, es más, siguen existiendo en paralelo, a veces se recuperan y reemplazan a la tecnología que les reemplazó, y en otros casos tienen propiedades o características mejores que las nuevas tecnologías y por lo mismo las mantiene vigentes y en uso. Este fenómeno suele darse porque la elección tecnológica es un proceso social y por tanto sujeto a interpretaciones y opiniones de personas, con fuerte influencia del mercado y a veces por presiones políticas y económicas.

En términos de innovaciones, las innovaciones tecnológicas están afectadas por la elección tecnológica. Esto no quiere decir que una innovación siempre reemplaza una tecnología, sino que siempre optamos por una innovación pensando que algo irá mejor o que tenemos la solución a un problema el cual a veces no veíamos y menos una solución. Recordar que a veces no hay tecnologías previas frente a las innovaciones, pero las personas comparamos en base a lo existente, y por eso las innovaciones se comparan contra "lo conocido". Esto es lo normal el día-a-día social, pero no entre los expertos en innovación.  Por este motivo, en un proceso de difusión de innovaciones la elección tecnológica debe controlarse y gestionarse a pesar que muchas veces es difícil.

Esto hace de la elección tecnológica una variable más en la gestión de innovaciones. Otra cosa es que la consideremos.


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Post relacionado:

"La mejora de una plataforma MOOC requiere saber el tipo de elección tecnológica que hacemos y saber qué mejoraremos" - http://cestay.wordpress.com/2013/06/08/la-mejora-de-una-plataforma-mooc-requiere-saber-el-tipo-de-eleccion-tecnologica-que-hacemos-y-saber-que-mejoraremos/

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Bibliografía citada:
  • Edgerton, David. (2007). Innovación y tradición. Historia de la tecnología moderna. CRÍTICA. 336 pp.

¿Es el #elearning mejor que la formación presencial? ... creo que es algo aún por demostrar ...

fuente: http://www.1p-educacion.com/wp-content/uploads/2011/04/e-learning.jpg

Se habla mucho de que los estudios e-learning en particular, estudios sin distancias en general, son tremendamente exitosos, o al menos una gran alternativa y nada menos que mejor a los estudios presenciales tradicionales. Es más, pareciera que la formación tradicional presencial y monolítica del profesor al estudiante fuera un fracaso histórico y hay que derrumbarla. Es cierto, la formación tradicional debe mejorarse y notoriamente, pero no olvidemos que gracias a ella muchas generaciones de personas han salido adelante y muchas otras han quedado postradas en fracasos educacionales. Y, cuidado, una cosa es el trabajo presencial de la formación y otra el carácter monolítico de la educación.

Lo cierto es que e-learning cuando aparece, parece ser la panacea a toda esta problemática, pero las evidencias muestran que lo más que se ha conseguido es automatizar la educación, hacer cursos más masivos y con costes reducidos, y fortalecer la unidireccionalidad del profesor al estudiante. Son pocas las variaciones al respecto desde que las TIC irrumpieron en la educación. Pero este post no hurgará en las bondades y maldades de uno u otro tipo de formación, sino en que desde un punto de vista metodológico, nada podemos decir frente a los hechos de si e-learning es o no mejor que otro método de formación. Esto ocurre porque todos los estudios miden la eficiencia del proceso y claramente cualquier proceso apoyado en TIC será más eficiente con relación a su versión sin-TIC, pero ¿donde queda la eficacia y la efectividad ganada? Aquí procuraremos ayudar a saber qué debemos medir.

Para saber si una formación e-learning es mejor que otra, hay que observar, medir y evaluar, pero el primer problema que surge es que no hay mucho tiempo para hacerlo. Para medir, por ejemplo, el beneficio de e-learning en un grupo de estudiantes, hay que esperar que pase un tiempo, que los estudiantes se estabilicen en el mercado laboral y apliquen lo aprendido. Pero cuando esto ocurra pueden haber pasado muchos años, o incluso pueden haber cambiado las teorías formativas con que fueron formados y ya no interesa observar resultados.

Es frecuente en estos estudios realizar muestra entre grupos de estudiantes, encuestas para conocer su satisfacción, o simplemente que digan si están contentos con el uso de las TIC en su formación. Según Matute y Valillo (2012), siempre estos estudios son positivos pues los estudiantes se sienten más "eficaces, acompañados o interesados". Es claro que en un estudio e-learning si se revisan los foros se puede detectar si hay o no más eficacia en el estudio, interés en los temas, o acompañamiento académico, pero es cierto que en un foro no participan todos los estudiantes y no necesariamente se expresan las opiniones reales por temor a quedar en evidencia alguna postura personal. Los mismos Matute y Valillo sugieren utilizar técnicas experimentales adecuadas y medir las variables dependientes más importantes para confirmar "la contribución al proceso de aprendizaje". Pero esto implica introducir el hábito de medir -por ejemplo- los foros, manejar herramientas adecuadas que permitan identificar comportamientos, y ... mucha paciencia para hacerlo.

En fin, estas cuestiones llevan a definir categorías de cuestiones que deben considerarse y que su revisión muestra lo lejos que puede estarse aún de estudios contundentes sobre el impacto del e-learning sobre la formación tradicional o mejor dicho, la presencial.

  • Categoría 1: Las preguntas evitadas. En los estudios sobre e-learning suelen evitarse o no considerarse preguntas tendientes a saber el potencial de los resultados del e-learning. La literatura muestra que aún no se responde de manera categórica preguntas cómo: "¿se ha aprendido más?", "¿se obtienen mejores calificaciones?", "¿los estudiantes e-learning tienen más capacidades?", "¿el conocimiento adquirido se ha interiorizado más?", "¿se ha incrementado la eficiencia y eficacia del proceso de estudio?", etc. 

Superado el hecho de que no nos formulamos preguntas que validen los resultados, o que en realidad estamos ante preguntas cuyas respuestas demandan esfuerzos que es costoso asumir, aparecen las cuestiones relativas a los mitos. Esto define una nueva categoría.

  • Categoría 2: Los mitos populares. Los mitos tienen que ver con las creencias surgidas al alero del e-learning.  


    • Mito 1. Se dice que cuando más se discute es mejor el aprendizaje. Por eso suelen promoverse los trabajos en equipos o en proyecto, o debates donde los estudiantes presentan sus trabajos a otros estudiantes. La evidencia muestra que se resuelven muchas dudas y los profesores detectan vacíos en la formación. A nivel de e-learning se cree que si se motiva a participar en foros, incluso muchos foros, los estudiantes opinan más y aprenden, pero la misma evidencia muestra que conforme un curso avanza aparece cansancio en los estudiantes y van participando menos, incluso la extensión de las aportaciones decae. Esto, por ejemplo ya se observaba en los LMS (Learning Management Systems) y ahora en los cursos MOOC (Massive Online Open Courses). La evidencia muestra que, ojo, quienes participan, dicen que se ha enriquecido su aprendizaje porque han visto más opiniones, pero no hay pruebas de que se haya aprendido más o se hayan conseguido niveles más elaborados de manejo de conceptos, pero si hay más variedad informacional.
    • Mito 2. Se dice que mientras más medios visuales se añadan es mejor. Siempre se critica que leer sólo un libro es aburrido, poco variado y por ende poco pedagógico. Se asume que si hay más recursos en uso, el aprendizaje será más completo y mucho mejor. Pero se ha resuelto este asunto añadiendo videos, simulaciones, juegos, más textos con muchas imágenes, fotografías. La evidencia ha mostrado que se produce una sobrecarga cognitiva que varía en intensidad según cada persona. Hay personas que aprenden con un texto y otras con muchos, o hay personas que precisan una definición y otras una imagen. Así de simple.
    • Mito 3. A mayor cantidad de información anidada o hipervinculada, se aprende más. Se cree que si en un texto en Internet los conceptos se hipervinculan a otros links o recursos, el estudiante puede ilustrarse más. Quienes hayan vivido esta experiencia saben que cuando uno hace click a un recurso, se salta y se sigue saltando y navegando. En un proceso de estudio, implica ir y volver al texto original, y, como se puede intuir, esto añade complejidad, introduce variedad innecesaria y simplemente aumenta la cantidad de contenido a estudiar. Al final, hay nuevamente una sobrecarga pero aparece la incertidumbre de estar continuamente recordando hasta donde "leer". Al final, el profesor podría tener control sobre los primeros hipervínculos pero no sobre los siguientes a los cuales acceda el estudiante. Y hay otra cosa, según cada persona, la necesidad de "ir" por más información varía, mientras unos querrán textos autocontenidos, otros si querrán buscar más y más información. 
    • Mito 4. La conexión universal permite estar cómodos estudiando, donde sea. Esto que a simple vista parece un sueño, varía en cada persona. Hay personas que precisan un espacio para estudiar, y otros podrán aprender incluso viendo televisión o abriendo 10 ventanas más en su computador. Lo que importa es que cada persona cuente con más o menos elementos que refuercen su concentración y reduzcan su potencial de distracción no educativo. Sobre lo último, me refiero a que hay personas que requieren distraerse "un poco" cada cierto tiempo, pero no quiere decir que hay que llenarles la formación con distracciones o medios con muchos distractores. Lo que importa es que exista concentración

Planteadas las preguntas olvidadas y los mitos, podría sugerirse una tercera. La de los prejuicios positivos sobre el e-learning.

  • Categoría 3. Porque somos modernos. Cuando se hacen muestreos, es normal que los estudiantes digan que las TIC son positivas. Esto se sabe de antemano pues ya muchos estudiantes viven con ellas, y realizar experiencias sin ellas les hes extraño, anormal, o amorfo en sus relaciones diarias. Además, cuando se realizan estudios con dos grupos objetivos, el que usa TIC y el que no usa TIC, claramente los estudiantes de este último se sentirán extraños si no usan las TIC pues "han nacido" con ellas, ya no hay personas en calidad de estudiantes que no se hayan criado sin las TIC. Estos estudios nos suelen considerar variables como el tecnostress que afecta a personas adultas pero también a estudiantes jovenes hiperconectados o e-xcluidos. En síntesis, es muy difícil realizar pruebas concretas que permitan comparar estudios tradicionales con estudios e-learning, quizás sea mejor comparar estrategias e-learning entre sí, o comparar usos de las TIC para potenciar más o menos el aprendizaje. Además, en estos estudios no suelen darse opiniones malas sobre el uso de las TIC, y suelen darse opiniones poco favorables a no usar las TIC, pues no usar las las TIC es ser poco moderno, por tanto existe un juicio social previo.
Para los metodólogos añado esta categoría cuarta.
  • Categoría 4. Tenemos instrumentos para medir la formación e-learning. Aunque suene raro, cuando nos preguntamos ¿e-learning es mejor que la formación tradicional? hay algo que asumimos, y es que tenemos un patrón de medida, un punto de partida. Por ejemplo, con esta pregunta, si vamos a un curso presencial siempre vemos que funciona, pero luego decimos que con TIC sería mejor, pero ¿en qué? Aquí entra en juego alguna teoría subyacente, es decir, probaremos con relación a algo, no a la opinión de estudiantes criados con las TIC. Y aquí vemos que siempre comprobamos contra teorías usadas en evaluaciones presenciales, o sea, no fueron diseñadas ni surgieron de experiencias e-learning, por lo tanto ¿son válidas? Aparte, hay teorías nuevas, pero probándose o muy jóvenes, por tanto a veces no medimos si e-learning es mejor o peor que otra formación, sino que se está validando una teoría. Y, por si fuera poco, hay tanta literatura que aún no está condensada.
Llegados a este punto, ¿porqué entonces e-learning está en uso? Bueno, porque abrió nuevas opciones de docencia, pero se está probando. Y si es cierto hay prácticas exitosas y bastamente probadas, pero luego no hay expertos capaces de ponerlas en marcha y llevarlas a resultados exitosos en términos de eficacia y efectividad. Y algo más, e-learning permite pensar en que aún podemos mejorar la docencia y hacer la educación global, y ahí está el gran aporte del e-learning y el porque apostamos por usarle. 



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Matute, Helena; y, Valillo, Angel. (2012). Psicología de las nuevas tecnologías. De la adicción a Internet a la convivencia con robots. Editorial SINTESIS. 223 pp.




domingo, 23 de junio de 2013

Las TIC han cambiado la relación entre personas y profesionales: la otra mirada entre paciente y médico #ehealth #ICT


Esta nota comenta cómo Internet ha alterado la relación entre médico y paciente teniendo presente que la información era una base de equilibrio de poder entre diversos tipos de actores. Con Internet, el control y poder que da la información, cambio el equilibrio de poder entre relaciones basadas en el poder del conocimiento, como por ejemplo: maestro-aprendiz, consultor-cliente, o gobierno-ciudadano. Antes, en todos los casos indicados, dentro de estas relaciones, el primer actor estaba en cierta ventaja ante el segundo actor, ahora, no tanto.   


Internet y las nuevas relaciones de poder en la relación paciente-médico.

Internet ha permitido que "cualquier hijo de vecino" pueda acceder a la información que requiera. Con las TIC el viejo orden de que quien tenía más información tenía el poder ... se ha redefinido. Antes se confiaba en "quien sabía más", y de ahí que quienes tenían estudios eran respetados, bien considerados o a veces se les llamaba "doctores". O sea, quienes estudiaban o tenían información que otros no tenían, no podían tener, o no se les daba acceso, tenían el dominio del conocimiento y de "saber más".

Este escrito actúa como ensayo, no un ensayo de tecnología, sino de cómo las TIC han re-delineado el fenómeno social de la “relación de poder del médico” a la “relación de poder que le queda al médico” y todo sin perder de vista que se busca la salud de las personas. 

Yo recuerdo que antes, cuando se tenía cita con un médico, se "asistía desinformado". La opinión del médico era sagrada, o al menos, era una voz importante. Quien podía permitírselo, podía buscar otra opinión, y se consultaba otro médico. Esto tenía un coste y sólo algunas personas y en algunos casos se podía pagar otra visita médica. Esto ya permitía comparar, pero era un caso acotado. Luego estaba o aún está, el ir a un médico recomendado. Nunca falta alguien que te sugiere un excelente médico que hizo algo bien y nosotros vamos confiados e incluso recomendados por X persona. 


Conforme avanzaba el tiempo, recuerdo, aparecieron los listados de médicos y se comienza a conocer más los errores médicos y los ciudadanos se informan más. Así, cuando pretendíamos ir a un médico consultábamos en la prensa (dentro de lo que se podía, que era ir a una biblioteca y buscar en la prensa) y tratábamos de saber algo del médico. Pero esto se hacía casi nunca. No obstante, personas en zonas rurales o aisladas geográficamente, o en sitios donde hay UN médico o sólo UN médico visita una zona cada X tiempo, esto era y es imposible. Con internet el tema se vuelve distinto. Tímidamente comienzan a circular historias de médicos en foros, algunas buenas y otras malas, los médicos publican blogs con información, aparecen webs de servicios médicos, la prensa es accesible online y se puede investigar, los colegios médicos y asociaciones profesionales tienes sus webs con el detalle de sus colegiados sobre los cuales se puede consultar, y así Internet de pronto nos permite conocer más de los médicos. 


La nueva información que aparece en Internet ya no se limita a reportes sino que aparecen los consejos online, y de repente en Internet hay miles de datos sobre dolencias, enfermedades, medicamentos, historias con médicos, quejas, errores, éxitos, etc. 



El rol de e-health.

No puede dejarse de lado e-health, que es el término con que se conocen las prácticas de cuidados sanitarios apoyado en TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones). e-health ha permitido democratizar la salud, y abaratarla al ciudadano, pero igualmente crearon otros canales por medio de los cuales pacientes y médicos canalizan su relación. Para comprender mejor esto, las prácticas incluyen e-health, por ejemplo:
  • automatización de historiales médicos qué, salvando temas legales, pueden ser consultados por médicos y los propios pacientes;
  • telemedicina para realización de pruebas al paciente de forma previa a una visita médica;
  • sistemas de seguimiento de pacientes y conectividad con médicos virtuales y presenciales, donde los primeros permiten a un paciente contar con apoyo automatizado para hacerle seguimiento a sus dietas y tratamientos, y el segundo que permite a un paciente tener comunicación con médicos de forma online en casos como los tratamientos especializados;
  • sistemas de apoyo remoto continuo, donde -por ejemplo- pacientes con dispositivos de medición puestos en sus cuerpos u hogares, envían señales vitales a hospitales sobre el estado del paciente para así actuar de forma urgente o preventiva ante cambios en signos vitales, o usando mecanismos de reposición de medicamentos que permiten enviar a pacientes medicamentos antes de que se le acaben;
  • medicina basada en evidencia que permite tomar decisiones en base a datos objetivos y que, gracias a las TIC, se pueden tener en sistemas y registros globales de datos médicos que pueden consultar los médicos;
  • sistemas de consulta online de radiografías, escáneres, etc;
  • mecanismos de call center médicos para apoyo entre médicos y con ciudadanos;
  • mecanismos de difusión de información al médico y al paciente para informar a los primeros datos sobre sus necesidades profesionales, y a los segundos (sean personas sanas o enfermas)  temas de interés médico;
  • sistemas colaborativos de servicios médicos para que médicos colaboren compartiendo información sobre casos o pacientes; y,
  • sistema de apoyo médico que permiten que médicos colaboren en atenciones médicas de forma remota o a distancia, por ejemplo, en operaciones quirúrgicas donde médicos de diferentes países colaboran por medios virtuales. 
Y gracias a este nuevo tipo de información, con e-health vamos al médico si luego de “informarnos”, nos apetece ir o si decidimos si deberíamos ir

Y así sumando todas estos hechos, aparece el nuevo equilibrio de poder basado en que ya no escuchamos al médico, sino que comparamos y anotamos previamente. Se da incluso que luego de visitar al médico volvemos a indagar en internet y ahora incluso consultando sobre los medicamentos que nos haya recetado o el tipo de tratamiento que se nos haya indicado a seguir. Y aquí es donde el poder se re-delinea, se re-define, o más bien, aparece un re-equilibrio. 


Pero esto no queda aquí. Internet posibilita que cualquier persona pueda consultar información, incluso, aunque sea incómodo decirlo, auto-medicarse. Esto, que puede resultar contradictorio a las buenas prácticas profesionales, es un hecho no descartable. 



Auto-medicarse, googlearse, y acceso universal a la información.

Siempre las personas han buscado auto-medicarse, desde seguir consejos de hierbas que se han transmitido de generación en generación (¿quién no se ha tomado una manzanilla para bajar “un almuerzo” según dice la cultura popular?), o porque a alguien le funcionó un medicamento (¿quién no ha escuchado a alguien recomendar un medicamento porque ha sido genial eliminando tal o cual molestia?), o porque simplemente hay medicamentos que se emiten sin receta y basta con seguir una cuantas indicaciones. Así, por tanto, Internet abre un nuevo espacio de opciones a quienes ya tenían el hábito de auto-medicarse. Ya muchos podemos auto-medicarnos, cuestionando así con más información sobre que un médico pueda recetar o dar como tratamiento. Pero acoto, auto-medicarse es riesgoso.  

Es cierto que intentamos definirnos como una sociedad del conocimiento, de la información, o de la comunicación, pero igualmente es cierto que lo somos desde el momento que apareció el lenguaje en la humanidad. No pretendo ir contra los expertos y gurús del tema, pero apuesto por la expresión de que somos una sociedad informática, una sociedad donde las personas vivimos en la vorágine de una información mediada por las tecnologías. En este espacio, ahora, una visita al médico supone mirar en un Smartphone información antes de entrar al médico o incluso durante la visita. Ejemplo de esto último ocurre cuando se busca información mientras se habla con el médico. O, ahora se le mandan fotos al médico que me atenderá para que, antes de recibirme, ya sepa algo de lo que me pasa. Incluso el mismo médico saca fotos con su teléfono, las sube a su blog y comenta casos, o compara fotos o datos entre la última vez que nos atendió. Y, por supuesto, muchas veces el mismo médico consulta fuentes en internet. 


Como casi todos usamos Google para buscar información aparece otro fenómeno interesante: con las TIC llegamos a la misma información, médicos y no médicos. Bueno, todo depende del criterio de búsqueda, pero en general ocurre así. Con esto corremos el riesgo de llegar a fuentes erróneas o llegar todos a excelentes fuentes de información con lo cual el médico poco aportaría, salvo, su experiencia. Pero muchas veces los médicos siguen patrones o estándares de actuación haciendo que muchos tratamientos o recetas puedan estar automatizadas. Y esto nos lleva al análisis del tipo de conocimiento existente entre la relación paciente-médico. 


Cuando hablamos de experiencia, hablamos del conocimiento tácito que no está en internet. Conocimiento tácito es aquél que no puede guardarse o describirse y está en la mente y hábitos de las personas habitualmente, a diferencia del conocimiento explícito que sí puede registrarse, escribirse y se pueden encontrar y extraer con relativa facilidad de personas y procesos. Y aquí aparece un gran valor en la nueva relación con el médico.  


Mirando hacia atrás en el tiempo, y sin pretender hacer una revisión histórica, el poder se basaba en la sublimación de las personas ante quien ostentaba el poder de las armas. Por un lado los líderes se rodeaban de ejércitos. Luego los señores feudales institucionalizaron el poder armado ante amenazas y así ampliar su poder.  Mientras, la iglesia se apoyó en sus ejércitos o en alianzas militares, o se apoyó en la inquisición para frenar cualquier atentado a su poder terrenal o cambio de ideas. Aunque no han cambiado mucho las cosas, con el tiempo el poder de la palabra fue cobrando fuerza y así la información se volvió valiosa. Aparecen las profesiones y con esto, salarios acordes a quien sabía ciertas cosas. El título profesional permitía y al parecer aún permite tener conocimiento por el cual se paga más o menos. Luego será el mercado quien fije el valor. 



Conocimiento explícito ... y no tanto.

Así llegamos a separar hoy en día las profesiones intensivas en conocimiento tácito de otras intensivas en conocimiento explícito. Todas las profesiones tienen ambos tipos de información, pero con porcentajes distintos. Aclaro que además, ambos tipos de información operan entre un nivel de la teoría en la profesión y otro nivel de la práctica profesional. En general, en la teoría predomina el conocimiento explícito y a nivel de la práctica, el conocimiento tácito. Por ejemplo, y solamente a modo ilustrativo y no de ley (para no herir susceptibilidades) en la profesión de abogado:
  • a nivel de la teoría, es casi todo explícito pues se estudian leyes y normas descritas en tratados; y,
  • a nivel de práctica, predomina el conocimiento tácito acumulado en cada profesional producto de cada caso que vivencia.
Pero en un diseñador;
  • a nivel de la teoría, hay algunas teorías, pero luego muchas experiencias y casos que se aprenden en charlas, mirando proyectos y situaciones; y,
  • a nivel de la experiencia, se acumula conocimiento tácito pero igualmente se acumula conocimiento explícito en la forma de experiencias documentadas.
Aclaro que he usado ambos ejemplos a modo ilustrativo. Cada profesional podrá analizar esto con más y mejor nitidez que la que yo pueda indicar ahora. Pero me interesa el hecho de que a mayor conocimiento tácito, la relación entre profesión e internet disminuye, y a mayor conocimiento explícito la dependencia es mayor. Así, el conocimiento tácito del médico al cual no accede el paciente, variará conforme parte de este conocimiento se haga explícito, y todo esto si se ve influenciado por Internet. 

Internet, dentro de la idea de una sociedad informática, aporta a los pacientes y médicos conocimiento explícito, con lo cual la relación de poder se re-equilibra. No quiero decir que se equilibra. Veamos. Por un lado, la medicina en general se enfrenta a la posibilidad de que los pacientes indaguen, averigüen, comparen, opinen o simplemente ahora se puede conversar con los médicos un poco más de lo que les afecta. Por otro lado el paciente se siente más seguro por el hecho de poder tener más información sin que por ello le implique un coste adicional y al mismo tiempo le permite saber más de lo que le pueda pasar, aunque ahora igualmente un médico puede tener información detallada de cada paciente y de su historial para darle una mejor atención. 

La relación entre médico y paciente ya no es la misma. El proceso de “ir al médico” ya no es un proceso lineal dependiente de la información que aporta un paciente y que luego analiza y elabora un médico, para luego pasar al paciente como acciones a seguir. Ahora el paciente analiza y elabora información en base a datos médicos que encuentra en Internet y que totalizan el conocimiento explícito albergado en redes y bancos globales de información accesibles gracias a recursos y herramientas usados en Internet. Con toda esta información, un paciente enriquece o altera la información que tenía de sí mismo y su afección. Así suma información y produce un conocimiento tácito que traspasa el médico, quien la analiza recurriendo al conocimiento explícito que buscará en internet y en base a su propio conocimiento tácito (con bases de conocimiento explícito). Luego, el médico elabora conocimiento pero no de forma lineal o como receptor que luego rebota al paciente con añadidos profesionales, sino que ahora existe la posibilidad de discutir y comentar sucesos y conocimiento con el paciente. Así, la elaboración de conocimiento otrora en manos exclusivas del médico es ahora mas rica, además que él mismo consulta información en internet. De esta manera surge un nuevo conocimiento tácito en manos de médico y de paciente, el primero enriqueciendo su conocimiento y el segundo comprendiendo mejor lo que ocurre y le ocurre. 

En síntesis, no se está ante un proceso lineal, sino en un proceso en red si a lo anterior sumamos que pacientes y médicos, como personas en una red informática, están consultando información en línea siempre. 

En términos de proceso, “ir al médico” ahora incluye “buscar antes en internet” y los actores cambian de rol, en el caso del médico se pasa perceptivamente del “médico sabio” al “todos sabemos” y, en el caso del paciente, se pasa del “ya me dirá algo” al “veamos qué me dice”. 


Retos por el nuevo equilibrio entre médicos y pacientes.

Llegados a este punto y viendo las diferentes facetas de cómo Internet altera la relación entre personas, cabe acotar algunas implicancias importantes en términos de disyuntivas que surgen. No son todas las que podrían interesar y muchos lectores podrían encontrar que son pocas, faltan o sobran, pero como ejercicio científico de observación, permiten ver puntos de vista a discutir.

  • Verdad. ¿Hasta donde es posible saber quien sabe más o menos de lo que le ocurre a un paciente? ¿El médico, el paciente o los sistemas? Esta verdad claramente siempre estará en manos de los médicos quienes por sobre todo valorizarán el conocimiento explícito, propio, del paciente y de los sistemas, y aportarán su conocimiento tácito para resolver discrepancias. Eso sí, ahora cuentan con recursos online, sistemas de colaboración, medios de mantener contacto y seguimiento a los pacientes, que les permiten indagar, profundizar y mejorar su rol y la calidad de su atención.
  • Moda. Saber más o menos que un médico se podría decir que es una moda o una tendencia en determinado segmento de personas. Muchas personas indagan en Internet, pero siempre se recurre al médico. Se habla de moda en el sentido de que el paciente y el médico ya no tienen una relación superior de uno hacia el otro, sino de una equiparación de sus roles, pero que puede ser pasajera o momentánea. 
  • Toma de decisiones. Médicos y pacientes ven mejorados sus procesos decisionales, el médico gracias a su experiencia y conocimiento tácito, puede interpretar mejor la abundante información y datos existentes, para sugerir al paciente el camino a seguir, y el paciente que ahora puede saber más si debe o no ir a un médico o saber con quien ir -por ejemplo-.
  • Pseudociencia. La medicina en su sentido amplio, como el conjunto de prácticas tendientes a un bienestar, al estar masificada, pareciera que se relativiza. Pero, no necesariamente, sino que se socializa y aparecen elementos populares que se conectan. Quiero decir que ahora se junta información médica formal con la posibilidad de unir experiencias de uno o varios médicos, pero que podría incluir la de pacientes y miles de personas que opinan y dan sus puntos de vista y aportan "sabiduría popular", con lo cual se podría estar ante una medicina popular post-moderna.
  • Ética. ¿Es todo esto ético? Cuestión de opiniones. Nos podemos preguntar si el médico que consulta todo en internet tiene un proceder ético, o si cuestionar el trabajo del médico es ético, o si el paciente que cuenta en Internet su experiencia ante un tratamiento es ético. Pero lo importante es que se mantenga la ética de una buena atención médica y se aspire a conseguir la salud de cualquier persona.
  • Método científico. Mientras antes el médico recogía datos, los procesaba y emitía un accionar, y que obedecía al tradicional método científico, ahora incluye retroalimentación y más participación del paciente como actor válido que opina y siente. Estamos ante un método en red, colaborativo, que enriquece los métodos tradicionales y por supuesto al propio método científico. 

En síntesis, las tecnologías en general, las TIC en particular, han re-equilibrado la relación de poder entre paciente y médico. Ahora ambos están "empoderados", para bien obviamente, pues ahora los actores cuentan con más información para dialogar, conversar y reflexionar sobre tratamientos, medicamentos, cuadros clínicos, síntomas, enfermedades, dolencias, tratamientos, etc. Por supuesto esto tiene connotaciones que podrían no considerarse positivas o válidas, pero como todo acto humano, hay cosas buenas y cosas malas. Acoto que por supuesto todo este ensayo de base profesional es válido como ejemplo de análisis al caso de la profesión médica, pero igualmente a otras profesiones. Igualmente es un ejercicio de análisis de poder en procesos de decisión para reconocer cómo los procesos de poder varían y se re-alinean  con Internet.

viernes, 21 de junio de 2013

#MOOC y #capacitación profesional: problemas y obstáculos

Diversa plataforma MOOC
(c) del autor - fuente: http://cestay.wordpress.com/2013/05/29/los-entornos-de-aprendizaje-mediados-y-apoyados-por-las-tic-experiencias-desde-los-mooc/

Se está hablando mucho de los cursos MOOC (Massive Online Open Courses). Ya son un hecho mundial. Su presencia está permitiendo a millones de personas acceder a material de estudio formal (GRATIS -aún-), algunos son excelentes y otros pueden resultar poco claros o poco preparados. Los MOOC se perciben como estudios formales universitarios (ojo, se perciben, pues no lo son), pero ¿qué impacto tendrían en la capacitación empresarial? De esto trata este post.

Los cursos MOOC operan en plataformas MOOC (hay más de 30 a nivel mundial), están administrados por organizaciones no universitarias o no certificadores (tantas como plataformas), pero se está trabajando en que un curso MOOC permita conseguir algún tipo de crédito o reconocimiento universitario (a esta fecha, nadie certifica, pero se entregan certificados de participación, con honores, etc.) Las tasas de término son bajas, muy bajas, pero por volumen, implican grandes cantidades de personas que está adquiriendo nuevo conocimiento. Los cursos, las plataformas y los modelos de negocio MOOC están evolucionando y aprendiendo de la reacción del mercado.

Para saber más se puede visitar "MOOC cambia cómo las personas se relacionan entre ellas y con el conocimiento dentro de la economía de la información" en http://www.christianestay.com/2013/06/mooc-cambia-como-las-personas-se.html .

A modo de experiencia, y refiriéndome a los buenos cursos, que ahora son mayoría, he de decir que los contenidos tienen material multimedia, online y videos de alta calidad, preparación y selección, aparte, el texto elaborado está preparado por los profesores y/o profesoras. Duran entre 2 y 8 semanas, siendo el promedio 4,5 semanas. En general, semanalmente se trabaja un tema, para lo cual se estudia el material (un texto, una lectura, algunos videos y poco más, pero intenso para una semana) y se realizan varias actividades evaluadas:

  • un test online, el más común y usado, basado en preguntas relativamente sencillas con el fin de garantizar que el estudiante ha leído el material;
  • una revisión de pares, que consiste en responder unas preguntas o deberes siguiendo una rúbrica o pauta de corrección (cada vez más completas y elaboradas) la cual sirve para que anonimamente otros estudiantes califiquen la actividad; y,
  • un trabajo en equipo (introducido más recientemente) que está en evolución.  

Debe entenderse que el nivel de automatización y la revisión entre pares es para tratar con miles de estudiantes. Sin entrar a cuestionar la rigurosidad de esta forma de calificación, antes de emitir una opinión al respecto, habría que hacer un estudio comparativo con las estrategias de calificación usadas en formatos presenciales y en otros semi automatizados. Como crítica si puedo señalar la dificultad de pedir una re-corrección a una calificación, dado que los profesores suelen ser inaccesibles, PERO como todo sistema en evolución, si existen cursos MOOC en que al profesor se le puede consultar directamente, o donde revisan los trabajos (tardan pero lo hacen). Como punto a favor señalo la rúbrica, pues si permite saber muy bien cómo será evaluado un trabajo, algo no muy frecuente en muchos procesos educativos. Como un punto a analizar es la dedicación, siendo el promedio observado las 4 horas semanales y para alguien que desea cursar completamente el curso, requerirá más horas, y es cierto que ciertas actividades semanales hacen que la dedicación sea de 7 o más horas. Bueno, son sólo algunas opiniones, no concluyentes, y muchos dirán que son cursos fáciles y que con un poco de esfuerzo se aprueba, pero es cierto que muchos cursos universitarios se aprueban estudiando los últimos días, pero eso es otra discusión.

Por donde se mire, sea desde la óptica del profesional que se capacita o desde la empresa que quiere capacitar, la capacitación profesional requiere que uno o varios profesionales durante un determinado tiempo realicen cursos. Algunos cursos son presenciales, otros online, algunos son impartidos por universidades, otros por empresas de capacitación, unos son certificados, otros no, algunos dan diplomas de cierto peso y otros dan certificados de participación, ... en fin, es un mercado muy variado y amplio.

Al ver el impacto de los cursos MOOC y viendo las estadísticas de participación, y conociendo muchos cursos, hay muchas personas terminando cursos muy bien preparados, tanto por su contenido como por las actividades y su rigurosidad. Además, muchos cursos avalados por universidades de prestigio internacional.

Al comparar el mercado de los cursos de la capacitación profesional con la oferta de cursos MOOC, claramente los primeros se enfrentan a una nueva competencia, pero en el plano online. En el presencial, la competencia de los cursos MOOC no se percibe como una amenaza.

Un curso de capacitación requiere adaptarse para competir en este espacio. Lo primero que he visto es que muchas academias que ofrecían cursos online a precios sobre los 100 euros, ahora aparecen en sistemas de ventas promocionales online (como LetsBonus, por ejemplo) ofreciendo sus cursos a precio de outlet, es decir, bordeando los 20 euros, o menos.

Además, conforme las plataformas MOOC crecen en cursos, aparecen cursos en más idiomas siendo hoy en día frecuente encontrar en castellano, francés, chino, etc.  Así que el impedimento inicial de que todos los cursos MOOC eran en inglés, ya no lo es.

¿Qué podría aprovechar una empresa de los cursos MOOC? La gratuitad es una opción para bajar costes. Usar una plataforma probada es igualmente una ventaja. Se imparten en fechas y con duraciones determinadas y eso podría afectar un plan de capacitación. Lo pueden cursar varios empleados y empleadas para homogeneizar el aprendizaje. No tendrían certificación oficial o universitaria, pero un certificado avalado por una universidad de prestigio internacional podría tener más impacto que un certificado de una empresa de capacitación. El principal obstáculo es que los empleados o empleadas no se sientan motivados a terminar el curso como ocurre con muchos participantes en un curso MOOC o que reciban críticas al haber cursado unos estudios online "poco serios" según determinadas culturas académicas. Las calificaciones obtenidas podrán dudarse si han sido realizadas entre pares.

La principal ventaja es acceder a recursos de calidad avalados internacionalmente de forma gratuita y de poder integrarse a comunidades internacionales de estudiantes y profesionales.  Y lo más positivo, es en poco tiempo tener un capital humano 2.0.


miércoles, 5 de junio de 2013

#MOOC cambia cómo las personas se relacionan entre ellas y con el #conocimiento dentro de la #economía de la #información -#informationsociety

(c) http://mm.queaprendemoshoy.com/
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La palabra MOOC supone muchas cosas. 
  • Una modalidad de impartición ... masiva, abierta, online y gratuita. 
  • Un paradigma de formación ... docencia para cientos, miles, de personas sin perder calidad y apostando abiertamente por metodologías de calificación participativas -por ejemplo-. 
  • Un enfoque de negocios ... gratuitad para miles sin dejar de ser un mal negocio. 
  • Un paradigma socio-tecnológico ... educación en red y mediada digitalmente. 

Y seguramente se podrán decir muchas cosas. Lo cierto es que está permitiendo soñar de nuevo o simplemente que estamos ante más de lo mismo, tecnológicamente las mismas cosas puestas dentro de un paquete con otro nombre, y empresarialmente una versión de modelos long tail+freemium. Lo cierto es que aún se está escribiendo mucho desde el ámbito de la educación y de los nuevos modelos de negocio. 

Creo que habría que añadir que los MOOC plantea algunos cambios en la relación entre las personas y el conocimiento que se han discutido dentro de la  economía de la información. Es claro que la economía de la información aún es un tema de debate, pero en ella se aprecian 3 características y alrededor de ellas expondré los cambios que sugerí anteriormente. Estas características son: asimetría de la información, rol del conocimiento, y potencial de las TIC, y sobre ellas a continuación expongo los cambios que se observen ...

  • La información se vuelve más simétrica. Las personas ahora pueden buscar formación, pero no dispersa como en internet, sino organizada en un curso, y sobre muchos temas. Esto permite que las llamadas asimetrías de información desaparezcan más formalmente. Antes bastaba con buscar información en internet para que una asimetría de información desapareciera, pero ahora se puede cursar un MOOC y una persona queda mejor preparada. Así, procesos como negociaciones o toma de decisiones, se vuelven más estables y con la posibilidad de que mayor cantidad de personas esté preparada para enfrentarlos. Eso sí, ahora las asimetrías surgen al momento de saber resolver la complejidad de las relaciones de los procesos intensivos en información/conocimiento, como negociaciones y/o toma de decisiones.  
  • El conocimiento se democratiza como moneda de cambio. El conocimiento se iguala ya que miles de personas acceden a la misma información y bajo iguales condiciones de aprendizaje. El poder que tenía la información y el conocimiento como moneda de cambio o como activo personal se aplana entre las personas. Ya se observan excelentes cursos MOOC preparados por expertos y con casos que permiten a una persona conocer de primera mano experiencias enriquecedoras y por tanto las deja mejor preparadas. Esto produce que el poder de la información, que en suma valoriza a muchas personas, ahora se homogeneiza. Eso sí, el poder ahora está en gestionar, producir y co-crear relaciones co-operando dentro de redes sociales 
  • Las TIC han permitido todo este cambio, pero las TIC siguen sin definir la calidad del éxito. Gracias a las TIC, y por lo dicho anteriormente, se ha re-delineado la forma de hacer educación, pero lo que creo es más relevante es que se han re-delineado las potenciales ventajas competitivas de las personas al convertir el conocimiento en accesible y como un producto a escoger en el inmenso mercado de cursos MOOC donde cada curso ahora es una pieza de conocimiento que se selecciona según la calidad de quien la ofrece, su potencial temático, su oportunidad, etc. Eso sí, las TIC aún no permiten definir la calidad del éxito que se consigue con las consecuencias de su uso, eso sigue en manos de las personas y por ello su rol es más importante que el de las propias TIC; y el conocimiento. 
La única restricción a este planteamiento, pero que ya está inmerso en la propia economía de la información, es que este cambio hacia una simetrización de la información, hacia una democratización del conocimiento y hacia  personas empoderadas sobre las TIC y las consecuencias de uso, es que no aplica a todas las personas, pues esto aplica solamente a personas que pueden considerarse letrados digitales (quedan ahora mismo fuera los excluidos digitales y quienes no tienen acceso a internet).

Creo que es conveniente reflexionar sobre (a) las bondades de las TIC sobre la sociedad y las personas, y (b) en el rol de las TIC en la educación donde debe primar el respeto por la variedad y diversidad de las personas, no en uniformar globalmente a las personas en el conocimiento a manejar, ni tampoco en buscar conformidad porque las personas se pueden ajustar a estándares globales. Se puede aprovechar el impacto de MOOC para volver a pensar en estos y otros temas. 

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